Sobre la inacabable llanura cuajada de tierras de labor que separa Atienza de Sigüenza, se esconde la minúscula villa de Carabias. Y allí, rodeado del silencio y las piedras que el tiempo ha hecho suyas, se encuentra Cardamomo, recreando el ambiente cálido y sosegado al que aspira el viajero. Entretejiendo las texturas y la luz de la campiña silenciosa con una atmósfera de interiores protagonizada por la música y los delicados textiles en seda y terciopelo. Espacios exteriores como la plazuela romántica, el recoleto jardín a la sombra de su frondosa higuera y el inconfundible sabor rústico de una antiguo lugar desde el que se divisa la inmensidad de la planicie de labranza que viera pasar a Don Quijote hace cuatro siglos. Cardamomo aúna piedra, tiempo, colores, tacto, espacios, retiro y aventura. Un enclave abierto igualmente a las empresas que buscan un lugar de encuentro para sus jornadas de reflexión y creatividad. Para éstas y aquellos, Cardamomo representa lo que Marco Polo dijo de los lugares reales o imaginarios: “un lugar prometido, pero aún no descubierto”
Cardamomo dispone de 13 habitaciones, tres de las cuales (dos habitaciones con salón y una doble superior) acaban de ser inauguradas. Diseñadas por el interiorista Xavier Meredith, aúnan la más rabiosa contemporaneidad y, en una de ellas, la Roiboos, el gusto por el vintage, hoy tan en boga.
La suite Cardamomo, con jacuzzi incorporado dentro de la habitación, juega con los colores ocres y rojos y los textiles en seda con el fin de recrear un ambiente todo “glamour y chic" y en el que priman las luces retroproyectadas en tonos cálidos y a baja altura.
La Bergamota, se inspira en la estética de fusión oriental para jugar con los volúmenes y el gran paño de color rojo que nos lleva a descubrir un magnífico “boudoir" dentro de la habitación
Servicios: Restaurante, Jacuzzi, Internet WI-FI y sala para reuniones de empresa, totalmente equipada y con pantalla de plasma.
