Un forjador-herrero que, después de muchos años de trabajo a base de yunque y martillo, no ha perdido ni un ápice del interés que este oficio despertó en él hace 21 años. Y es que, después de su paso por un proyecto de Escuela-Taller sobre forja, Andrés tuvo claro que su profesión estaría ligada al hierro. Un material en el que veía innumerables posibilidades creativas. Después de varios años trabajando con su maestro, Andrés decidió montar su propio taller. Un espacio en el que asegura "no para de aprender, ya que éste es un oficio en el que no existen los límites". Utiliza la forja para crear elementos como balcones, rejas, lámparas o barandillas.








