Enormes hogueras de romero verde iluminan Ayna: saltarlas está reservado sólo a los más valientes.
Subiendo al Mirador del Diablo descubriremos toda la belleza de Ayna, crecido en el monte de San Urbán, y rodeado por la hoz del río Mundo.
Caballos, cabras, ciervos y una serpiente, pintadas por las manos de los artistas del paleolítico. Importante contactar con el ayuntamiento, 967 295 001 para su visita.
El casco urbano de Ayna merece la pena recorrerse perdiéndose entre sus terrazas árabes, y sus originales localizaciones. El cineasta José Luis Cuerda las eligió para su película "Amanece que no es poco".
Ayna es famoso por su pan de leña y su dulces. En cualquiera de sus restaurantes es obligado degustar el ajopringue, el zanguano de bacalao, o la olla con pencas. Y terminar con un postre, acompañado del licor zurra.
Las casas aferran sus cimientos en la roca, asomándose al río Mundo. En su recorrido resulta imprescindible el interior de la ermita de belén, con sus paredes completamente cubiertas con pinturas.
Los locales de la población ofrecen, entre hermosos rincones, una suculenta oferta gastronómica. La mejor forma de terminar el día.