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Emociones para un verano (1)
¿Por qué viajamos? Habrá una respuesta para cada viajero, pero sin duda lo que muchos buscan al hacer la maleta son experiencias. Y las experiencias son un medio para alcanzar las emociones. Y eso es precisamente lo que ofrece Castilla-La Mancha una serie de experiencias únicas, intensas, alejadas de lo cotidiano, que el viajero difícilmente olvidará. Experiencias que emocionan y que dejan huella en la memoria.
Viajar para sentir emociones
Caballada de Atienza. (Guadalajara).
Emociones ancladas en el tiempo. Como la que se revive en Atienza (Guadalajara) este 4 de junio con su popular Caballada. Una celebración con 9 siglos de historia y que rememora la estratagema ideada por los vecinos para salvar al infante Alfonso VIII, que se encontraba en la villa sitiada por el ejército leonés. Los atienzanos pasaron ante las mismas narices de las fuerzas leonesas, simulando una romería que cada año se rememora en esta bella localidad.
Emoción recogida y muy colorista es la que se vive durante la celebración del Corpus en muchas localidades de Castilla-La Mancha. Algunas ellas son experiencias sensoriales de primer orden. Es el caso del de Toledo (15 de junio). Desde el año 1418 el laberíntico urbanismo del espectacular casco histórico se convierte en un grandioso escenario que con el paso del los siglos se ha convertido en una cita para miles de personas dispuestas a vivir una explosión de sentimiento, colorido y fervor popular.
Corpus de Camuñas. (Toledo).
Los Danzantes y Pecados del Corpus de Camuñas (del 15 al 18 de junio) recorren las calles de esta localidad toledana cubiertos con sus caretas en una de las celebraciones más originales de estas tierras. Las vistosas vestimentas son también protagonistas de las Danzas de la Octava del Corpus (18 de junio) en Valverde de los Arroyos (Guadalajara). Y en el caso de la localidad albaceteña de Elche de la Sierra (17 de junio) el protagonismo se lo llevan las alfombras de serrín, una tradición milenaria que atrae a miles de visitantes cada año. Por su colorido, popularidad y tradición Lagartera (con su trajes y altares), Porzuna (con sus danzantes y alfombras de sal y serrín) y Hellín (donde las alfombras vuelven a ser protagonistas) ofrecen al viajero otras alternativas para disfrutar la celebración del Corpus en Castilla-La Mancha.
Alfombras de serrín en Elche de la Sierra. (Albacete).
Festivales para los sentidos
Viajar hasta la Edad Media en pleno siglo XXI es lo que ofrece el Festival de Teatro Medieval de Hita (Guadalajara) que este año se celebra el 1 de julio. Torneos caballerescos, representaciones teatrales y todo un pueblo que sale a las calles del este precioso pueblo ataviado con ropajes medievales. Mercados, artesanía y visitas guiadas al patrimonio de Hita completan una jornada muy especial.
Los focos del teatro mundial se trasladan durante el mes de julio a la localidad ciudadrealeña de Almagro, donde se celebra elFestival de Teatro Clásico, el más importante del mundo en su género. En el fantástico entorno que configura el blanco caserío de esta villa manchega se organizan alrededor de un centenar de representaciones, encuentros internacionales, acciones culturales y pedagógicas, en espacios escénicos de toda índole como plazas, claustros al aire libre o teatros a la italiana. Además, este año el Festival, que se celebra del 6 al 30 de julio cumple 40 años.
Festival de Teatro de Almagro. (Ciudad Real).
Los sentidos son los protagonistas de una de las citas más mágicas del verano en las tierras de La Alcarria: el Festival de la Lavanda (Brihuega / 15 de julio). Con las llegada de los calores estivales, los campos que rodean esta villa guadalajareña se tiñen de morado y se aromatizan de Lavanda. Los participantes, vestidos de blanco, disfrutan de un verdadero espectáculo sensorial. La música no falta y este año lo hace con los boleros y tangos de Diego el Cigala, acompañado por el pianista Jaime Calabuch “Jumitus”.
La naturaleza y la tradición son las claves que nos descubre, en el impresionante escenario que configura el Parque Natural del Alto Tajo, la Fiesta Ganchera (2 de septiembre) que cada año se celebra en Taravilla, Poveda de la Sierra, Peñalén, Zaorejas y Peralejos de las Truchas. Durante cinco siglos los gancheros, inmortalizados por José Luis San Pedro enEl río que nos lleva, conducían los troncos cortados desde el río Tajo y el Guadiela hasta Aranjuez, Toledo y Talavera de la Reina. En esta fiesta podemos verlos aparecer de nuevo sobre las aguas, con su pertrecho tradicional, el bichero y vestimenta de época, agrupando y conduciendo las maderadas.
Hay otras citas que amplían la variada oferta veraniega para el viajero en Castilla-La Mancha, esta es solo una pequeña selección: Fiesta de Moros y Cristianos en Alcázar de San Juan (23-25 de junio), y en Caudete (6-10 de septiembre); Fiesta de la Pandorga de Ciudad Real (31 de julio); Consuegra Medieval (11-13 de agosto); y para rematar el verano el bullicio festivo con mayúsculas de la Feria de Albacete (7-17 de septiembre).