El Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca cumple 50 años.

En 1942 un joven nacido en Manila y que había comenzado estudios de medicina se vio obligado a pasar un año postrado en una cama debido a una lesión de columna. “Durante un año entero tuve que estar tumbado en la cama. Tenía todo el tiempo para pensar y fue entonces cuando empecé a darle vueltas para convertirme en artista”. Sin aquel percance es muy probable que hoy no existiera el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca.

Veinte años más tarde, aquel joven, que había dedicado su vida al arte y a la empresa familiar en Filipinas, y que se había formado en Estados Unidos, ya era un prestigioso pintor instalado en España y dedicado exclusivamente a la pintura. Su reconocimiento por parte del mundo artístico de la España de primeros de los 60 le lleva a participar en la Bienal de Venecia de 1962, allí conoce a Gustavo Torner. Sin aquel encuentro es muy probable que hoy no existiera el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca.

Fernando Zóbel. Colección de Arte Abstracto Español, de Cuenca. Enero, 1967.

Dos ciudades, dos casualidades, y un nombre: Fernando Zóbel. El pintor se había instalado en Madrid en octubre de 1958 y había comenzado en 1955 a comprar obras de artistas españoles de su generación. Fue precisamente en ese año cuando menciona por primera vez el “proyecto Toledo”, porque su primera idea para instalar su colección pasaba por la ciudad del Tajo.

Pero el encuentro con Torner en Venecia, le lleva a Cuenca. Allí, el acuerdo con el Ayuntamiento se precipita en 1963 para que las Casas Colgadas (que en ese año están en restauración) se conviertan en la sede de la colección y en el futuro Museo de Arte Abstracto Español. El 16 de junio, Torner escribe: “Dos días en Cuenca con Torner y Lorenzo. El alcalde Rodrigo de la Fuente no nos pone más que facilidades y soluciones. Echamos un vistazo. Se puede poner un museo magnífico en las Casas Colgadas. 20-30 años de renta nominal y los cuadros quedan en mi propiedad. Me las dan acabadas, pero una vez dadas los gastos corren de mi cuenta. (...) Lo veo bueno y bonito y casi me ahorro un millón de pesetas de casa que las puedo dedicar a cuadros. Lo interesante sería atraer a pintores a que se vengan a veranear. El mechón de la fortuna, cuando se presenta, hay que agarrarlo. De otra forma remordimiento”.

Vista exterior del Museo de Arte Abstracto Español (Cuenca), 2002.

En septiembre de ese año empiezan las obras del Museo. Zóbel escribe en octubre: “Mi gran proyecto ahora es un Museo de Arte Abstracto Español en la ciudad de Cuenca, a dos horas y media de Madrid (…). Tengo la impresión de que va a ser uno de los pequeños museos más adorables del mundo. Como yo seré el propietario, el director, el conservador, el comité de adquisiciones, el mecenas, el consejo de administración y el dictador, creo que lo pasaré muy bien. La ambición de mi vida: un último club con un único miembro: yo. (Sólo habrá espacio para unas cuarenta pinturas, pero las expondré con todo el glamour que mi ferviente imaginación de joyero pueda concebir)”.

La actividad es frenética para que el 30 de junio de 1966 el Museo de Arte Abstracto Español quede inaugurado de forma amigable con champán y langostinos, “no había invitado a nadie, premeditadamente, para que nadie pudiera decir después que había sido excluido”, escribiría Torner sobre esa jornada.

Grupo El Paso y Fernando Zóbel durante la inauguración del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, 1966.

Ampliaciones, incorporaciones y remodelaciones (la última recientemente finalizada) llevan al Museo a cumplir 50 años exhibiendo un magnífico, adorable y bello esplendor. En 1980 la Zóbel dona la colección a la Fundación Juan March. Hoy sus salas, de luminosa blancura, presentan un centenar de pinturas y esculturas. Se trata de una de las colecciones más completas de artistas abstractos españoles de los años 50 y 60.

Casi se podría afirmar que no hace falta entender de arte, ni tan siquiera que nos gusten los lienzos y esculturas, hay algo en el ambiente que hacen de esta visita una experiencia placentera e íntima.

Entrada Museo, 2002.

A ello contribuye el que continente y contenido configuren una simbiosis espectacular. Obras abstractas exhibidas en una armazón medieval delicadamente modelado durante estas últimas cinco décadas. Sentado en un banco de una de las coquetas salas frente a untapiescon la impresionante y vertiginosa hoz horadada por el río Húecar a nuestras espaladas; contemplar la obra de César Manrique o Lucio Muñoz con los ventanales mostrando la tierra caliza tan ligada a Cuenca; subir a las plantas superiores con su espectacular entramado de vigas de madera que acoge obras de propio Zóbel, Saura, Torner o Miralles… Todo un mundo de sensaciones.

Interior Museo, 2002.

Es este un Museo con un hechizo especial, cobijado en un escenario único y enclavado en una ciudad con una magia especial. La visita a Cuenca es –lógicamente- obligada. Las Casa Colgadas son su imagen más representativa; y el Museo, empeño de Zóbel, un deleite para los sentidos.

La anécdota se ha repetido con frecuencia pero no deja de plasmar la esencia de este espacio: cuando el Museo abre sus puertas se suceden las visitas de especialistas, conservadores y artistas. Una de ellas es la de Alfred H. Barr, director del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), sobre la que Zóbel deja escrito el 1 de enero de 1967: “almuerzo en casa de Sempere. Barr me susurró al oído que él y su esposa pensaban que era el museo más bello que habían visto nunca”, el tiempo, las traducciones o las ganas de redondear la frase han hecho que muchos la transcriban como “el más bello pequeño museo del mundo”.

Sea cual sea la realidad, lo  cierto es que estamos, sin duda, ante uno de los museos más bellos y -como dijo el propio Zóbel- “adorables” del mundo.

 

* Las imágenes en blanco y negro pertenecen al archivo de la Fundación Juan March. Pueden consultarse e imprimirse libremente para uso privado, docencia o investigación. Para cualquier otro uso no está permitida la reproducción impresa o digital sin la pertinente autorización.

Datos biográficos tomados de fernandozobel.es 

Toda la información sobre el museo en march.es