Esta exposición propone una nueva y desconocida lectura sobre la obra del escultor Xavier Mascaró (París, 1965). La muestra está formada por una instalación escultórica de grandes dimensiones protagonizada por sus Máscaras, complementada por un conjunto de fotografías de Eulália Ramon que plasman el proceso creativo del artista y una serie de piezas audiovisuales basadas en las fotografías de Eulália y en la obra de Mascaró, realizadas por el equipo creativo de Pepe Caraballo.
Una extraordinaria selección de piezas escultóricas convive en dos montajes diferenciados y crean un sugerente diálogo entre el interior y exterior de dos espacios, la Fundación Antonio Saura con sus trabajos más recientes y una pequeña exhibición de su obra anterior más monumental perteneciente a la serie Músicos, en el Teatro Auditorio de Cuenca.
Mascaró utiliza esculturas que son simplemente cabezas de gran belleza, según palabras del propio Plensa “la cabeza es como la casa en la que tal vez habiten las partes más importantes de nuestro cuerpo”, la cabeza no es un retrato de una persona física o real sino que la cabeza simboliza el alma, además estas cabezas suelen aparecer con los ojos cerrados, esto nos traslada al mundo del sueño, de la reflexión y el pensamiento.
Un guiño a la producción anterior de Xavier Mascaró se expone en el exterior del Teatro Auditorio de Cuenca, en la entrada principal se ocupará uno de sus 'músicos’, una escultura de escala monumental, de recibir a los espectadores. En el interior del mismo Auditorio también podremos ver algunos de sus 'guardianes’, figuras sentadas y seriadas o reproducidas de un mismo molde, pero condiferentes tratamientos conferidos tanto en las texturas y oxidaciones que componen sus diversos fragmentos. En la concepción de sus 'guardianes o budas’, se plasma la impresión que le causa la cotidianeidad en el arte y la religión en el Asia budista.
