Fusión de estilo colonial y minimalista, con grandes espacios abiertos evitando la austeridad decorativa.
Al ser un restaurante de gran capacidad los clientes gozan de una cierta intimidad y comodidad, al existir una distribución de mesas muy holgada.
Cuenta con 700 metros de césped decorados con variedades de árboles como pinos, ciprés y frutales; arbutos como el aligustre y plantas arómaticas de tomillo, romero y "palmitos". Las instalaciones nos transportan a una atmósfera de distinción sin perder la calidez y la humildad en la recepción de los clientes.
Su cocina conserva una elaboración tradicional con ciertas pinceladas de innovación, tanto en la selección de géneros (todos de gran calidad) como en su preparación y servicio. El servicio pretende ser discreto sin descuidar su trato atento.