La Iglesia de San Gil conserva de su primitiva construcción un ábside románico del siglo XII, similar al de la Trinidad, con su interior intacto, formado por el tramo recto y la exedra. El resto es del siglo XVI, con una portada plateresca y otra renacentista.
Arcos apuntados y doblados sobre medias columnas que no llegan al suelo inician las bóvedas de cañón y horno que cubren, respectivamente, ambos tramos de la cabecera con la particularidad de que dos nervios refuerzan el cascarón confluyendo en la clave de su arco de ingreso.
Este tipo de cubierta, inicia el paso de la planta semicircular del ábside románico a la poligonal, característica del gótico; un proceso que se desarrolla entre 1.170 y 1.185.
Sus naves están ocupadas por un museo de arte sacro en el que podemos contemplar muestras de arqueología, minerales y fósiles, además de pinturas, esculturas, orfebrería y heráldica.