Se conservan enteros los lienzos de poniente y sur, más la cabeza compuesta de tres ábsides de planta semicircular, correspondientes a las tres naves. No se conservan cubiertas, aunque cabe pensar que fueran de madera.
La planta se aproxima a un cuadrado. La puerta de entrada, situada al sur, está compuesta por seis arcos que cargan a cada lado sobre otras tantas columnillas adosadas, de fuste cilíndrico y sencillos capiteles. Como el muro no era suficiente para alojar la arquivolta de la puerta hubo que aumentar el cuerpo saliente con un tejadillo de piedra. La verja está fechada en 1888.
En gran parte de los sillares existe una gran cantidad de marcas de canteros. Son figuras grabadas a cincel o buril de diversas formas y tamaños. Su interpretación es variada: marcas hechas por los canteros para el asiento y ajuste de los sillares, firmas de los albañiles para facilitar la liquidación y el cobro, marcas personales de cada obrero referentes a nombres, creencias, estado social, etc.