Conjunto de casas distribuidas de una manera ordenada formando calles y un núcleo urbano, utilizadas temporalmente por los olivareros en la recolección de las cosechas agrícolas principalmente de la aceituna. Hoy en día la mayoría de estas casas de labranza se encuentran abandonadas. Aunque podemos ver muestras de casas reconstruidas utilizadas como casas de campo.
Las quinterías, casas de campo solamente de temporada, forman acaso el último reducto, aún palpable, aún visible, en el que se refugia el recuerdo de lo que fue la vida agrícola moracha hasta casi ayer, hasta la mecanización del trabajo del campo con lo que supuso de derrota para carros y galeras, yuntas y reatas y, lo que es más importante, de todo un tiempo al que, por el hecho de ser pasado, no vamos a llamar mejor.
La quintería en Mora, como en otros tantos lugares de la Mancha, responde a una necesidad. La lejanía de ciertos pagos, ocho, diez, doce kilómetros, impuso la existencia de estas casas de labor en las que, al pernoctar gañanes o aceituneros, podadores o vendimiadores, se evitaba la pérdida de un tiempo precioso invertido en las largas, penosas y lentas idas y venidas.