La villa se forma de un escaso manojo de edificaciones, con el carácter simple de la arquitectura propia de la Campiña del Henares, aunque hoy está creciendo a base de urbanizaciones residenciales.
El interés fundamental se centra en el edificio de su iglesia parroquial, dedicada a la Virgen María. Se trata de una construcción del siglo XVI en su primera mitad, situada en alto sobre el pueblo.
A mediodía se abre el atrio, formado de columnata de bien tallado sillar sobre corrido apoyo, y capiteles de tipo toscano. En el extremo noroccidental, a los pies del templo, se alza graciosa torre de tres cuerpos, en fábrica de ladrillo, sillar y sillarejo, que da nombre al pueblo.
En su término, a medio camino de Meco, y a orillas de la antigua Cañada Real, se encuentran los restos ruinosos de la aldea y templo de Bujes, en el que tuvieron casa, entre otros personajes de la nobleza arriacense, el doctor Luis de Lucena y el historiador Medina de Mendoza