Este hotel destaca por un molino manchego que remata uno de sus esquinazos y que, como toda la construcción, dispone de una vista envidiable sobre la laguna, convertido en una suite.
La fachada es típicamente manchega, encalada y con incrustaciones cerámicas que recrean escenas cinegéticas.
De colores más llamativos se decoran los remates de las balaustradas, forradas con otro tipo de azulejos y que dominan las barandillas de los ventanales de la cafetería, el comedor, la terraza y las escaleras.
Las habitaciones se escalonan en la ladera de la montaña y ofrecen espléndidas vistas; equipadas con baño, teléfono, tv, secador de pelo, aire acondicionado, calefacción, terraza individual y estufa o chimenea de leña. “La Manchega” enclavada en la roca, “El Celemín”, y “La del Cerro” con magnificas vistas a la laguna o los acogedores estudios de madera “La Aldaba” y “La Rochafrida” disponen de bañera de hidromasaje.
Cuenta también con Restaurante de cocina tradicional de la comarca, zona de baño en la laguna de San Pedro y servicios de alquiler de hidropedales, piraguas y bicicletas de montaña; o de organización de rutas guiadas por el Parque Natural.









